El ayer se desvanece de un mundo maravilloso,
donde tu sonrisa resplandece en el azul del cielo
y tus ojos opacan la armonia de los campos,
y tu tus labios me pronuncian un te quiero.
El ayer se devance cerca de mi boca,
a lado de mi oido, con los susurros suaves de un boceto,
con tus nostalgias grandes, las de un universo,
que lleno de tu alma me pronuncia otra vez, te quiero.
El ayer se desvanece lejos de mis sueños,
de aquellas noches largas sobre la cumbre de los cerros,
se desvance, desaparece , el ayer se va de entre mis versos,
sobre las colinas blancas de mi cerebro,
y se queda en los recodos del tiempo.
El olvido.
Es que no son tus ojos,
sino el rojo carmesi de tu mirada la que me llama,
no son tus labios,
sino el bendito arroyo de tu boca el que me da la vida,
no es tu rostro;
sino la mejor obra del divino maestro,
que admira mi alma,
no son tus brazos,
Sino no los fervientes compañeros de mis ansias, los que me abrazan
no son tus palabras,
sino las melodicas artes que nacen de tu boca para admirarlas,
no es tu corazón,
sino el tesoro invalorable, que todos los días; mi vida la reclama.
No se si has notado,
que toda tu ,
eres el mejor tesoro que guarda mi casa.